La «remake de la luna» de Lu Gaitán

30 de septiembre de 2020by Camila Tizzano
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Lecturas modernas de la astrología mítica

La urgencia de una nueva sensibilidad arrasa con los imaginarios astrológicos clásicos. La astróloga y politóloga Lu Gaitán desarma los conceptos de su nuevo libro “Alumbra la luna” (Planeta).

En su nuevo libro «Alumbra la Luna» (Editorial Planeta, octubre 2020), la astróloga y politóloga Lu Gaitán nos sumerge en un mundo de luces y sombras, de madres, comunidades y ecofeminismo, de sensibilidades excluidas de los imperativos patriarcales y poéticas de lucha. La espiritualidad deseada se defiende como un salario digno. El acceso al amor propio y a la salud del alma, también.

Con una voz taurina y profunda, el pelo hacia el costado y la boca pintada, la seducción Géminis-Escorpio abre su caja de Pandora para guiarnos como el flautista de Hamelin por un terreno poco conocido para un mundo que, según la autora (@lu.gaitan), «ha centrado su perspectiva en el lado Yang (masculino) de la vida». Esta maga recorre un sendero lunar y misterioso, un poco más pausado que una simple carrera por hacerse ese lugar en el mundo que pelearon las feministas inaugurales: trabajo, dinero, un nombre propio, una vida digna.

Vivos en Instagram, podcast en Spotify, memes que narran un derrotero sentimental fallido y gracioso y la unión de los astros con otras disciplinas como el yoga y el tarot hacen que sus miles de seguidores esperen y aplaudan sus posteos.

Esta voz muy de su generación ha hecho de su pasión, un trabajo. «Lxs millennials vamos a trabajar en algo que nos guste», pero también, van a poner en jaque la idea de pareja y familia, a cuestionar las etiquetas y a rescatar otras nuevas: brujx. «El mundo de la bruja es el de la Luna, que tiene una perspectiva muy diferente sobre el tiempo. Es la que entiende que la vida no es lineal, sino que hay ciclos que terminan y vuelven a empezar.»

Asuntos de Venus (Planeta, 2019) fue su primer libro. «Alumbra la Luna nace en mi niñez. No solo porque la Luna habla de nuestros primeros siete años de vida, sino porque cuando era chica decía que quería ser escritora o periodista. Además tengo algunos recuerdos muy marcados de esos años: los momentos de soledad que pasaba jugando y hablando con mis gatos, así como las tardes de verano que pasé en el interior de la provincia de Santa Fe, con calor, mosquitos y humedad, entre los árboles, casi salvaje, corriendo por ahí y en plena conexión con la naturaleza, sintiendo la magia«, dice Lu(cía).

«¿Dónde ponemos ese lado bestial que todxs llevamos dentro?», se pregunta. También las mujeres, mamíferas adaptadas a las corridas del reloj, han olvidado sus tiempos para mirar al interior, para recuperar fuerzas, para ciclar, para desear, para amar y hacer reunión.

«Astrológicamente ya sabíamos que este 2020 iba a ser muy complejo y muy tenso, que iba a venir una recesión económica o crisis política. Algunos gobiernos metiéndose en la vida de las personas, legislando o regulando muchas áreas de la vida íntima. Esto es una paradoja, porque con las redes ya no sabemos qué es la vida privada, pero estábamos acostumbrados a una serie de libertades que no están disponibles», dice Gaitán. En tiempos de distanciamiento social, esto profundizamos en la íntima virtualidad de WhatsApp.

"Tengo una personalidad muy curiosa así que tomo clases de distintas disciplinas". Entrevista a Lu Gaitán. Foto: Maruja Cáceres.

«Tengo una personalidad muy curiosa así que tomo clases de distintas disciplinas». Entrevista a Lu Gaitán. Foto: Maruja Cáceres.

– Sos la astróloga, la yogi, la lectora de registros, la feminista… ¿Cómo se entrelazan estas identidades tuyas y qué otras más quisieras sumar?

– Creo y siento que el hecho de haber nacido y haber sido criada en un hogar muy politizado -y haber estudiado Ciencias Políticas- ha tenido un impacto muy potente en mi estructura de personalidad e incluso en forma de abordar lo esotérico. Tiene que ver con unir astrología con ciencias sociales; esta unión no la tenemos muy habilitada, porque la astrología que tiene más difusión ahora está más centrada en la psiquis individual.

Además están mis prácticas de Yoga, el Tarot, la lectura de Registros Akáshicos, el Reiki… Esta fusión me lleva a hablar de cosas que son polémicas desde una perspectiva cientificista y descreída de todo el esotérico. Y también incluso a hablar de lo social desde el interior del esoterismo, donde muchas personas que se dedican a esto creen que podemos excluir lo que sucede en nuestro mundo. Es disidente tanto para los astrólogos como para las personas de las ciencias sociales.

Soy politóloga, bisexual, feminista y ambientalista. Estamos en un momento de la humanidad en el que pareciera que necesitamos muchas etiquetas.

– ¿Cómo se encuentran estas dos partes: la más espiritual astrológica, con tu parte más social, política y especialmente feminista?

– A mí me gusta pensar a la astrología como un lenguaje simbólico que nos permite comprender las vivencias que tenemos. Hay un autor que me gusta mucho que se llama Joseph Campbell, que dice que cuando tenemos el símbolo, buena parte de la experiencia vital ya está resuelta.

El feminismo también cuestiona desde lo simbólico, las películas, las series, las publicidades, la forma en que hablamos. La astrología occidental -que es la difundida en estos momentos- está vinculada a los mitos de Grecia y Roma. Registremos que los nombres de los planetas son de dioses y diosas -en astrología no creemos que existan como tales, a la manera de los griegos- pero sí trabajamos con el vínculo que existe entre el cielo y la tierra, sabemos que están vinculados por una suerte de hilo, que no comprendemos del todo, pero aceptamos.

Los dioses encarnan fuerzas-emociones que están presentes en todos los seres humanos: Marte representa en la carta natal cómo nos enfrentamos a los desafíos, cómo batallamos y cómo opera nuestro deseo; Venus nos habla de cómo nos abrimos a los demás, del romance y del amor. Entonces, la astrología, sobre todo desde la carta natal, nos habla de dilemas que son comunes a todos los seres humanos. No se trata de características fijas de la personalidad y cada conflicto va a tener una presencia diferente en la vida de la persona. La astrología humanista considera, además, que hay múltiples niveles de manifestación de una misma energía.

– Claro, pero todo eso luego se baja a una vida real y a un contexto, ¿no?

– No es lo mismo haber nacido en el campo en contacto con la naturaleza que en una ciudad grande, tener recursos económicos que no tenerlos, haber ido a la universidad o no haber ido, ¿no? También hay un componente sensible importante en la interpretación astrológica, en este sentido. Tampoco olvidemos que la mitología de Grecia y de Roma son profundamente patriarcales. Entonces muchas las formas de manifestación de energías del zodiaco no son en abstracto, sino que son en el marco del patriarcado.

"Tampoco olvidemos que la mitología de Grecia y de Roma son profundamente patriarcales. Entonces muchas las formas de manifestación de energías del zodiaco no son en abstracto, sino que son en el marco del patriarcado." Entrevista a Lu Gaitán. Foto: Maruja Cáceres.

«Tampoco olvidemos que la mitología de Grecia y de Roma son profundamente patriarcales. Entonces muchas las formas de manifestación de energías del zodiaco no son en abstracto, sino que son en el marco del patriarcado.» Entrevista a Lu Gaitán. Foto: Maruja Cáceres.

– ¿En qué sentís que puede la astrología ayudar a deconstruir estos paradigmas patriarcales que, se dice, están cayendo con la triple conjunción 2020?

– Muchos colegas están empezando a cuestionar muchas las formas de hacer astrología. Hay un montón de cosas que necesitan ser elaboradas de nuestra forma de abordar la espiritualidad. Por ejemplo, la forma más tradicional es unir a los varones con el Sol, y a las mujeres con la Luna. Y en realidad todos tenemos a todos los planetas, lo que pasa es que dependiendo del contexto social, hay determinadas funciones en la carta natal que no están habilitadas.

Los varones, durante mucho tiempo, e incluso al día de hoy, no tuvieron ni tienen demasiado lugar para registrar su Luna, vivir sus emociones, mostrarse vulnerables o participar en la crianza de sus hijes. Las mujeres durante mucho tiempo no pudimos vivir nuestra sexualidad libremente, tampoco pudimos ejercer nuestra solaridad, y esto tiene que ver la una disparidad salarial, con un techo de vidrio. Me parece que es necesario que repensemos los símbolos astrológicos en el marco del contexto actual.

"Hay algo ahí de registrar lo que necesitan los demás, sobre todo los varones. Esto pesa mucho más que el registro del cuidado propio (temática que viene con la luna) y del placer en la sexualidad o mí propio criterio de belleza (viene con Venus)". Foto: Maruja Cáceres.

«Hay algo ahí de registrar lo que necesitan los demás, sobre todo los varones. Esto pesa mucho más que el registro del cuidado propio (temática que viene con la luna) y del placer en la sexualidad o mí propio criterio de belleza (viene con Venus)». Foto: Maruja Cáceres.

– ¿Cómo surgió el libro? ¿Qué aspecto o vibración de la energía lunar narrás ahí?

– Una de las temáticas que más me ha atravesado es todo lo vinculado a lo afectivo y a mucho dolor en ese terreno. Y también a esto que hemos llamado «problemas de autoestima»: las mujeres y las disidencias sexuales tenemos grandes dolores en ese terreno, incluso aunque respondas a los cánones de belleza hegemónica. Siempre falta algo, es la sociedad de consumo: siempre podés estar más flaca o tener las tetas más grandes. Y eso tiene que ver con la mirada de los otros; hay algo ahí de registrar lo que necesitan los demás, sobre todo, los varones. Esto pesa mucho más que el registro del cuidado propio (temática que viene con la Luna) y del placer en la sexualidad o mí propio criterio de belleza (viene con Venus).

Siento que estos dos libros son complementarios (Asuntos de Venus y Alumbra la Luna). Reivindicar la función venusina por el feminismo y también la función lunar: me doy placer a mí misma antes que a los demás, me cuido a mí misma antes que los demás. Y la Luna ahora tiene que estar muy vinculada con hacer tribu y a cómo nos cuidamos entre todas. Y lo mismo con Venus, como abrirnos a los vínculos de amistad que habilitan la posibilidad de compartir, ¿no?

Hay otra cuestión vinculada a la luna que tiene que ver con lo ambiental, y con cómo percibirnos unidos a la Tierra, como parte de ella. Y acá vuelvo un poco al principio: el patriarcado es un sistema jerárquico, no sólo hay explotación de mujeres, de disidencias sexuales, de trabajadores, sino también de los animales, de las plantas.

– En este sentido te distanciás de la interpretación de Eugenio Carutti en su libro «Las lunas», de consulta permanente para los estudiantes.

– Creo que ha hecho grandes aportes a la astrología humanista, sobre todo en Latinoamérica. Pero siento que siguen siendo miradas hechas por un varón. Comparto esto que él dice de la Luna como un indicador que nos habla de los mecanismos defensivos o de nuestra historia. Para explicar esto del condicionamiento del pasado me gusta pensar en esa frase popular que dice «te quemás con leche y llorás». Lo que viví en los primeros años de vida es muy potente para la psiquis y todo luego lo estoy resignificando, estoy reaccionando en función de eso.

Pero me parece que hay más para desarrollar, y el libro expone otras cualidades. Nos fortalecemos ahí en los vínculos de intimidad, y también es importante para las personas que se dedican a lo esotérico (canalizaciones, videntes, medium), a lo medio ambiental, a los feminismos, a las comunidades, de la producción agroecológica (mito de Ceres), al parto respetado. En fin, nos habilita a generar estructuras de cuidado. No es solamente el pasado, es la ciclicidad, hay más historias que rodean a lo lunar.

– ¿Qué querías ser de chica y qué diría esa nena si te viera ahora?

– En mis recuerdos cuando era niña tenía una gran fascinación por la magia y por todo lo vinculado a la naturaleza. Ni bien empecé a leer y a escribir decía que quería ser escritora, así que estoy bastante contenta con lo que está sucediendo ahora en mi vida. Cuando fui más grande me interesaron muchas otras cosas y exploré otras posibilidades profesionales.

La temática ambiental me atraviesa desde aquel momento, si hubiese sido por mí hubiese sido vegetariana desde los 4 años. Desde que tengo uso de razón no me gusta la carne y la rechazo aunque en mi casa, típica argentina, era lo tradicional.

Siento que, como en Harry Potter, es la niña la que sobrevivió.

 

Sobre Mi

Logo Clara Grau

Desde el año 2012 trabajo activamente en consultas astrológicas y docencia, intentando unir técnicas modernas de respiración, herramientas ancestrales y desarrollo intuitivo de seres humanos aspirantes a quinta dimensión (Era de Acuario).

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